Córdoba es una ciudad que encandila desde el primer momento. Deslumbra desde todos sus rincones. Y si la vives en mayo ya es para quedarse con la boca abierta. ¿Por qué? te preguntarás… pues porque es cuando más andaluza se viste, engalanándose de flores y de volantes para cada una de las fiestas que se celebran a lo largo de todo el mes.
Comienza el mes con la fiesta de la Cruces de Mayo, cuyo origen viene de la celebración precristiana conocida como Festividad de los Mayos, en la que se conmemoraba la primavera. Para ello adornaban un árbol o tronco con flores mientras se cantaba y danzaba alrededor del mismo. A la llegada del cristianismo se reemplazó el tronco por la cruz cristiana. Si quieres saber más pincha en el enlace.
Hoy en día, los “encargados” de levantar las cruces, hechas con claveles y otras flores, y de adornar el entorno de las mismas son diferentes hermandades, peñas o agrupaciones vecinales. Y, de este modo, las plazas, patios y diferentes rincones de Córdoba se embellecen aún más con estas floridas cruces.
Además de disfrutar contemplando las cruces podemos degustar las típicas tapas cordobesas (salmorejo, flamenquines, berenjenas a la miel…), acompañadas de una copita de fino en las barras de bar que las acompañan siempre.
Y no acaba ahí la cosa, no. Porque además amenizan la jornada con música de sevillanas y rumbas, animando hasta al más tímido a echarse un bailecito.
Nos encanta ir de una cruz a otra, ya sea de día o de noche, disfrutar de su estética y de sus manjares a la vez que bailamos al ritmo de la música más andaluza.
¿No te apetece vivirlo el año que viene? Pues ve reservando alojamiento porque con las cruces y lo que viene después (ya te iremos contando) las habitaciones vuelan.
Espectacular su colorido y estética. Qué alegría transmiten esas imágenes
¡Muchas gracias! Estamos encantados de que te haya gustado y de haber sido capaces de transmitirte todo eso. Un beso Sara.
Pingback: Patios | Instantes en la retina