Cuenta la leyenda que las islas maltesas estuvieron habitadas por gigantes, que construyeron enormes torres de piedra para adorar a sus dioses. Durante nuestro viaje por Malta y Gozo pudimos ser testigos de esos lugares de culto que, hoy en día, sabemos que fueron levantados en la prehistoria por los primeros habitantes malteses.
Los templos megalíticos de Malta son una de las construcciones más antiguas del mundo. Datan de los años 5.000 a 2.500 a.C., por lo que son anteriores a las pirámides de Egipto y al círculo de piedras de Stonehenge.
Tanto en Malta como en Gozo se pueden encontrar varios ejemplos. Nosotros tuvimos la suerte de poder visitar los templos de Ġgantija (en Gozo) y Ħaġar Qim, Mnajdra y Tarxien (en Malta).
Entre los grandes misterios que rodean a estas construcciones se encuentra el uso de las mismas. Su ubicación en montículos o cerca de la costa, y su orientación sureste, refuerzan la teoría de su uso astronómico y espiritual. Además, las esculturas de “mujer obesa” encontradas en ellos, sugieren la veneración a diosas de la fertilidad.
Estos templos no suelen encontrarse de manera aislada, sino que están rodeados de otros menores (Ħaġar Qim), lugares de enterramiento (Tarxien) o agrupados con un muro exterior común (Ġgantija, Mnajdra). Este hecho denota la gran importancia que tenían en su época como centros de culto y a nosotros nos dejó impresionados.
Suelen tener planta “de trébol”. Es decir, un pasillo central con naves semicirculares a ambos lados, y una más al final del corredor. Están formados por entre tres y cinco naves, aunque algunos tienen estructuras más complejas debido a ampliaciones (Ħaġar Qim) o fusiones entre varios templos (Tarxien).
La característica común y que más nos sorprendió a primera vista, es el tamaño de los bloques de piedra usados en la construcción. ¡Algunas losas pesan más de 50 toneladas! Nos impactó (seguramente era lo que pretendían sus constructores) que los muros exteriores estuvieran formados por esos bloques gigantescos en lugar de utilizar varias losas más pequeñas. Sobre todo teniendo en cuenta las técnicas de la época.
Aún hoy no se sabe a ciencia cierta cómo las desplazaron, aunque se han encontrado cerca de los templos numerosas piedras redondas que se cree que se utilizaron como rodamientos para el transporte de las enormes losas.
Al entrar en los templos, nos fijamos en que lo hacíamos siempre a través de trilitos (dos piedras verticales y una horizontal como dintel).
En el interior de algunos templos, encontramos “puertas” que separaban unas estancias de otras. Nos llamó la atención que estaban talladas a modo de ventana, en una única losa de piedra. ¡Menudo trabajo!
Vimos que cerca de ellas había unos curiosos agujeros. Se cree que se utilizaban para fijar paneles de madera, pieles, etc. a modo de puerta. A nosotros se nos ocurrió que también podían utilizarse para amarrar animales.
En algunas paredes aparecían agujeros algo más grandes. Algunos de ellos tenían funciones astronómicas, ya que en los solsticios la luz del sol ilumina a través de ellos ciertos puntos del templo. Otros se supone que los utilizaban los sacerdotes para comunicar sus oráculos.
Encontramos también algunos huecos de forma redonda en el suelo, que podrían emplearse para contener los líquidos de libaciones a las deidades.
Pudimos ver altares en muchas de las salas. Casi siempre empotrados en la pared o, como en Ħaġar Qim, aislados en el centro.
El arte apareció también entre estas piedras milenarias, decorándolas con “lunares”, espirales y hasta con relieves de animales.
Los restos de una escultura de “mujer obesa” nos daba el adiós cerca de la puerta de salida del templo de Tarxien.
Además de estos templos, Malta cuenta con otros tesoros prehistóricos como el hipogeo de Ħal-Saflieni, que no pudimos visitar, porque hay que reservar con varios meses de antelación. Ni “llorándoles” porque era nuestra luna de miel conseguimos una entrada. Tendremos que volver para visitar esta misteriosa necrópolis subterránea.
La verdad que Malta es un destino realmente interesante para una escapada y para muchos desconocido, tengo pendiente una invitación para ir por allí y a ver cuando la puedo realizar 😀
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¡Saludotes!
No pierdas la oportunidad de ir. Nosotros tampoco lo conocíamos y nos encantó y sorprendió.
¡Un saludo y gracias por el consejo!