Hay veces que, por pequeñas bobadas o por la inercia del día a día, nos olvidamos de mimar a aquella persona que está a nuestro lado. Dejamos pasar minutos, horas, días sin pensar que simplemente el hecho de estar juntos es algo maravilloso. Nos olvidamos de decirle cuanto le queremos, necesitamos, deseamos.
Pero como, por fortuna, nada dura eternamente, llega un instante en el que sales del torbellino, te acercas a esa persona, le sonríes, le coges de la mano y le das un beso en el que se concentra todo eso que se ha estado posponiendo no sabes muy bien porqué.